DeSantis aparta de sus funciones públicas a comisionado de Miami

En los últimos días, la ciudad de Miami ha sido testigo de un escándalo que ha sacudido su administración pública. El comisionado Alejandro Díaz de la Portilla, quien ocupaba el cargo de Concejal del Distrito 1, se enfrenta a un total de 12 cargos que incluyen corrupción, conspiración, lavado de dinero y otros delitos graves.

El viernes pasado, Díaz de la Portilla salió en libertad, menos de 24 horas después de su arresto, tras pagar una fianza de $72,000. En su primera declaración tras su liberación, el comisionado negó vehementemente su implicación en los casos que se le imputan y aseguró que luchará para demostrar su inocencia.

Ante esta situación, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha tomado medidas para proteger los intereses de los ciudadanos. El mismo viernes en que Díaz de la Portilla fue liberado, DeSantis emitió una orden ejecutiva suspendiendo al comisionado de todas sus funciones públicas.

La orden ejecutiva del gobernador establece: «Es en beneficio de los residentes de la ciudad de Miami y de los ciudadanos del estado de Florida que Alejandro Díaz de la Portilla sea suspendido inmediatamente del cargo público que ahora ocupa, por los motivos establecidos en esta Orden Ejecutiva».

Esta suspensión entra en vigor de manera inmediata, lo que significa que Díaz de la Portilla ya no puede ejercer ninguna función como comisionado. Además, la orden prohíbe al acusado realizar cualquier acto, deber o función oficial de cargo público, recibir pagos o asignaciones, y disfrutar de los emolumentos o privilegios de su cargo público durante el período de suspensión.

El comisionado se enfrenta a una serie de cargos graves que incluyen lavado de dinero, soborno, conspiración criminal y contribución de campaña ilegal. También se le imputaron tres cargos de compensación o recompensa ilegal por conducta oficial, cuatro cargos de mala conducta oficial y dos cargos por no informar un regalo.

Díaz de la Portilla ha defendido enérgicamente su inocencia desde el primer momento en que se presentaron las acusaciones en su contra. En declaraciones a Telemundo, afirmó que esto es «un acto de desesperación y mentiras por parte de una fiscal demócrata contra un republicano de Miami». Comparó su situación con las alegaciones de fraude electoral que enfrenta el expresidente Trump a nivel nacional.

El comisionado ha destacado su historial político, que incluye haber sido senador y representante estatal, subrayando que nunca antes había enfrentado acusaciones de esta magnitud y que ha mantenido una carrera marcada por la integridad y la honestidad. En sus propias palabras, «Yo niego todo. Fui senador, representante estatal y ahora comisionado. Nunca he tenido problemas, soy una persona honesta, así que vamos a ganar la reelección y ahora este caso legal».

Sin embargo, un reportaje de NBC Miami señala antecedentes que arrojan dudas sobre la versión del comisionado. En 2011, Díaz de la Portilla fue encarcelado durante 30 días por negarse a devolver un perro a su exesposa. Diez años después, enfrentó una investigación por empujar a un inspector del código de la ciudad durante una supervisión en un club nocturno que operaba sin permiso durante la pandemia de COVID-19. Aunque se emitió una orden de arresto en su contra, posteriormente las acusaciones fueron retiradas. En el mismo año, fue acusado de apoyar la venta de alcohol ilegal en su distrito, negando nuevamente las acusaciones y calificándolas como una «vendetta política».

En un incidente adicional en 2022, el hijo del congresista Carlos Giménez abofeteó a Díaz de la Portilla en un restaurante de Coral Gables después de una discusión acalorada. El atacante fue arrestado y acusado de agresión simple, aunque más tarde se redujeron los cargos.

El futuro de Alejandro Díaz de la Portilla está en manos de la justicia, que deberá determinar su culpabilidad o inocencia en los cargos que enfrenta. Mientras tanto, la suspensión de sus funciones públicas por parte del gobernador DeSantis marca un capítulo significativo en esta saga de corrupción que ha sacudido la política local en Miami.

Deja un comentario