Apuntes de una reportera: el miedo de los migrantes al crimen organizado en México no entiende de género

Durmiendo en las calles de El Paso, Texas, sin saber cuál será su próximo paso, mujeres migrantes comparten relatos de temor ante la posibilidad de ser víctimas de violencia en Ciudad Juárez, México.

WASHINGTON — En la última semana del Título 42, en los alrededores de la iglesia Sagrado Corazón en El Paso, Texas, únicamente se podía caminar por las calles. Los andenes y callejones eran los centros de campamento de cientos de migrantes que, en busca de continuar su camino, parecían crear comunidad.

En medio de conversaciones, el acento y forma de hablar se convirtió en un elemento de relación para Leidy, una joven colombiana que nos detuvo al afirmar: “me iba a secuestrar el cartel, por eso tuve que cruzar”.

“Estaba sola porque mis amigas se entregaron en Tijuana. Yo estaba comprando agua en un supermercado, porque estaba durmiendo en el piso, cuando un hombre me detuvo y me agarró por el brazo intentando meterme a un carro”, contó a la Voz de América. Luego de un breve forcejeo, dijo, logró correr en dirección contraria hacia la malla de púas que separa el lado mexicano del Río Bravo del lado estadounidense.

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