Cuba: «Un barco que se hunde desgraciadamente», según el sacerdote Alberto Reyes

El sacerdote Alberto Reyes, reconocido como una de las voces más críticas de la Iglesia Católica en Cuba, ha expresado una preocupación profunda y sombría sobre el futuro de su país. En una reciente entrevista en el programa «Las noticias como son» de Martí Noticias, Reyes afirmó que Cuba es “un barco que se hunde desgraciadamente”, refiriéndose a la crisis multifacética que atraviesa la isla.

Cuba: Una Nación en Crisis

Reyes, quien ejerce como párroco de la Arquidiócesis de Camagüey, no se limitó a describir los problemas actuales de Cuba; ofreció un análisis exhaustivo y contundente. Según el sacerdote, la situación del país es una acumulación de problemas sociales graves, incluyendo la falta de medicinas, alimentos y otros bienes esenciales. Esta carencia ha creado un ambiente de desesperación, donde cada vez más cubanos buscan la manera de escapar de la isla en busca de mejores condiciones de vida.

El Timón del Barco

En su intervención, Reyes lanzó una crítica directa a las autoridades cubanas, cuestionando si los dirigentes del país son conscientes de la dirección en la que se encuentra la nación. «¿Los que están en el timón del barco, no ven que esto no va a ningún lugar?», se preguntó, haciendo un llamado a la reflexión y a la acción inmediata para cambiar el rumbo del país.

El Daño Antropológico

Uno de los puntos más destacados de su discurso fue la referencia al “daño antropológico” sufrido por la sociedad cubana. Este término, según Reyes, se refiere a la profunda herida en la esencia misma del ser humano cubano, producto de décadas de crisis y represión. «Esto lo vamos a arrastrar mucho tiempo, con la buena noticia de que un día empezaremos a caminar hacia la luz y hacia una sociedad definitivamente distinta, pero el daño antropológico lo vamos a arrastrar años, muchos años, desgraciadamente», afirmó.

Protesta y Represión

Reyes ha demostrado ser un crítico abierto y valiente frente a las injusticias que ocurren en Cuba. En mayo, en un acto simbólico de protesta contra los apagones que llegaban a durar hasta 18 horas, Reyes anunció que tocaría las campanas de su iglesia cada vez que se fuera la electricidad. «Tocaré las campanas de la iglesia 30 veces, con el repique lento de los cortejos fúnebres, con el repique que anuncia muerte y luto: la muerte agonizante de nuestra libertad y de nuestros derechos, la asfixia y el colapso de nuestras vidas», escribió en su columna “He Estado Pensando”, publicada en Facebook. Sin embargo, pocos días después, las autoridades le prohibieron continuar con esta iniciativa.

La Lucha Contra la Represión

El sacerdote ha sido una voz constante contra la represión en Cuba, particularmente tras las protestas del 11 de julio de 2021. Ha cuestionado abiertamente la existencia de cientos de presos políticos tras estas manifestaciones. «Cuando en una sociedad, los que gobiernan, responden con la cárcel a quienes piensan diferente, es primitivo y habla muy mal de un gobierno, de una sociedad, donde la respuesta a la diferencia es la represión, la cárcel, la exclusión», comentó Reyes.

La Esperanza de un Futuro Mejor

A pesar de la oscura realidad que describe, Reyes mantiene una esperanza firme en un futuro mejor para Cuba. Confía en que un día la isla comenzará a caminar hacia la luz y hacia una sociedad completamente distinta, aunque reconoce que el camino será largo y lleno de desafíos. Su mensaje, aunque duro, está impregnado de un profundo amor por su país y una fe inquebrantable en la capacidad de su pueblo para superar las adversidades.

Conclusión

El análisis de Alberto Reyes sobre la situación en Cuba no deja indiferente a nadie. Su voz, una de las más críticas dentro de la Iglesia Católica en la isla, resuena como un llamado a la acción y a la reflexión para las autoridades y para todos los cubanos. La metáfora del «barco que se hunde» es una poderosa imagen que refleja la gravedad de la crisis actual y la urgencia de encontrar soluciones. En medio de la desesperación y la represión, Reyes ofrece un rayo de esperanza, confiando en que algún día Cuba podrá levantarse y reconstruirse sobre bases más justas y humanas.

Con información de @ADNCuba

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